El chal es una de los accesorios de moda más versátiles del vestuario femenino. Son tantos los materiales de que puede estar hecho y las posibilidades de llevarlo con cualquier outfit, que podríamos decir que es una pieza todoterreno. Sin embargo, todavía hay personas que le tienen un poco de miedo. Estamos descubriendo el chal y compartimos nuestros descubrimientos con vosotros.
1. El Chal ¿Qué es?
Cuando decimos chal hablamos de una prenda rectangular, cuadrada o semicircular que se lleva sobre los hombros. En función de su composición, ya sea seda, cachemir, lana, punto o encaje, será más apropiado para unas situaciones u otras. Sea cual sea el outfit que acompañe, el chal siempre va a aportar un toque de sofisticación al conjunto.
La palabra «chal» proviene del vocablo persa shāl, término que designaba una prenda de lana fina que se utilizaba en India y Persia para cubrirse. El inglés adoptó la palabra y el concepto de la India tomando la forma de shawl. Cuando en español decimos chal, en realidad estamos españolizando la forma inglesa de nombrarlo. El mismo origen tiene la palabra châle en francés.
2. Historia del Chal
El origen de esta prenda se remonta a la antigüedad; su origen se encuentra en Oriente Medio y Asia Meridional. En la India, los chales de cachemir eran todo un símbolo de estatus y refinamiento. Se confeccionaban con lana de cabra del Himalaya y sus motivos decorativos eran muy variados.
A partir del siglo XVIII, estos accesorios se pusieron de moda en Europa, especialmente en Francia, Bélgica e Inglaterra, convirtiéndose en un complemento indispensable entre las mujeres de clase alta.
Con el siglo siglo XIX llegaron a la moda otro tipo de echarpes de encaje o brocado y también las imitaciones locales, lo que marcó su lento declive.
3. Tipos de Chales
A veces se crea cierta confusión con los nombres y se toman como sinónimos de echarpes, pañoletas o fulares. En realidad son prendas similares aunque con diferencias de tamaño, función y materiales. Los tipos más comunes son:
- Chal de cachemir: Ligero y cálido, ideal para climas fríos.
- Chal de seda o terciopelo: Sofisticado y fluido, perfecto para acompañar atuendo de eventos y de fiestas.
- Chal de encaje o Mantilla: Romántico y delicado, adecuado para bodas y ceremonias.
- Mantón de Manila: Puede ser cuadrado o triangular y va bordado y con flecos, de inspiración española y flamenca.
- Pashmina: Versión moderna del chal de cachemir, fino, muy versátil y elegante.
- Rebozo: Parecida prenda usada en México
4. Cómo Usar el Chal
El chal se puede llevar de diversas formas dependiendo de la ocasión. Para eventos formales, se puede colocar sobre los hombros y sujetarlo con un broche o dejarlo caer con naturalidad para un efecto etéreo. En looks más relajados, se puede enrollar alrededor del cuello como una bufanda o anudarse en los extremos para un aire bohemio. Para el día, se pueden elegir modelos ligeros y estampados que añadan dinamismo a un conjunto monocromático, mientras que para la noche, los chales en tonos metalizados o con detalles de pedrería, plumas o aplicaciones bordadas elevan instantáneamente cualquier vestido de gala.
5. Consejos de Estilismo para los amantes de los chales
- Para un look clásico y refinado, opta por un chal de cachemir en tonos neutros como beige, gris o negro, combinado con un vestido ajustado al cuerpo o un conjunto de sastre.
- En eventos nocturnos o fiestas, un chal de seda o con detalles de encaje en tonos vibrantes como el rojo o el azul cobalto puede ser el toque perfecto sobre un vestido de cóctel.
- Si buscas un estilo bohemio, elige un chal con flecos o bordados étnicos y combínalo con un vestido largo fluido y botas de cuero.
- Para un evento de gala, un chal de terciopelo o con aplicaciones de pedrería en tonos oscuros como burdeos o verde esmeralda añade un aire de sofisticación inigualable.
Sencilla y básica revisión a estos básicos accesorios en nuestro blog. ¿Nos acompañas en el viaje?